Imaginamos fantasmas, cadenas, mujeres de épocas pasadas que vuelven para hacernos llegar sus locuras.
Imágenes en negro y gris, vestidos desteñidos sobre las manos secas de sufrimiento.
Los gritos hacen de banda sonora de nuestros pensamientos. Uno, dos y tres...juegan a asustarnos e inventar nuestro pasado.
El loco escribe su papel sobre la pared manchada, leemos sus anotaciones y creemos sus palabras mientras una mano helada recorre el cuello de los lectores y oyentes que atienden a las historias que se cuentan en los portales.
Las pesadillas se hacen transparentes mientras dormimos acurrucados para ser escudos humanos, esperando que el acero haga acto de presencia.
Con la llegada del sol se esfuman lentamente esperando que nosotros les sigamos, como uno más de ellos.
Me gusta, pero terrorifico. Un beso guapa!
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