Miremos las rutas secundarias y tiremos los mapas por la ventanilla. Caminemos sin rumbo, perdámonos entre los árboles. Hagamos un camino de pan para que desaparezca y disfrutemos del ruido de nuestras sonrisas con el aire. Sin guías, sin planificación. Pongamos banda sonora a nuestros pasos y que nada más importe. Solo nosotros y el mar como aliado. Un perro que juega con aspersores y se baña entre peces y erizos. Conversar, sorprenderse, jugar y sobre todo, disfrutar de lo que nos rodea, de quien nos rodea.
*Sin miedo, sin esfuerzo.*
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