Consumir cada cerveza ambientada entre cortinas. Un bocado a escondidas esperando ser el último. Trasteando entre palabras mal sonantes y cumplidos venidos a menos. Dibujar trazo a trazo el camino deseado recalcando los extremos para crear barreras anti-estúpidos.
A voces con los contras y a tortas con los excesos. Reescribir canciones con letras absurdas para darles un toque personal.
A veces se echa de menos, otras se ansía su vuelta. En más de una ocasión esperaba que no volviera a pasar. Pero siempre ha estado presente incluso en los lugares más perdidos, en las miradas más misteriosas y en las reacciones más inexplicables.
Es motor y carrocería. Jugador y gol. Un día de invierno y un día radiante de sol. Puede serlo todo y empapar cada impulso.
No guía la mano ni las intenciones pero si espera pronto poder instalarse.
Muchas cosas no hay que buscarlas, ni temerlas, ni evitarlas; hay que esperarlas.
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