Pintaré con rimmel las diferentes caras.
Todo llega a su fin aunque prefiero dejarlo en un "¿Continuará?". La distancia no siempre es el enemigo. En ocasiones se convierte en aliada indispensable.
En el caos de las edades, de los tratamientos y las circunstancias. Pondré un escalón más, para que sea más cansado subir. Pondré alambres alrededor para que la sola cercanía sea más lejana.
Este es el camino que quiero seguir y no quiero grilletes que mermen mis pensamientos y limiten mis posibles.
Es hora de decir "hasta pronto" (porque adiós suena cruel) y coger dos caminos diferentes que nunca se crucen en ningún punto.
Al 2012 le pido serenidad y un poco más de sensatez.
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